lunes, 10 de diciembre de 2007

Restauración del Órgano de la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México




Se ha comenzado la restauración de uno de los dos órganos de Catedral a manos del alemán Gerhard Grenzing, costará unos 13.5 millones de pesos.




RESUMEN

El monumental Órgano del Evangelio, fue construido en México en 1735 para la Catedral Metropolitana de la ciudad de México, será restaurado en forma integral. Su estructura musical será intervenida por Gerhard Grenzing y el mueble artístico por José Roberto Ramírez Vega.

El objetivo de la restauración es que el Órgano del Evangelio, instalado en el lado poniente del coro de la catedral, recupere todo su esplendor, con estricto apego a los procedimientos de la época en la que fue construido, para que cada elemento intervenido tenga el mismo aspecto y la calidad acústica de origen.

En la restauración de este instrumento monumental, cuyas medidas son de 11 por 8.90 por 3.90 metros, Fomento Social Banamex invertirá más de 13 millones de pesos, gracias a una contribución especial del presidente del consejo directivo de esta asociación, Alfredo Harp Helú. El proyecto forma parte del Plan Maestro Integral de restauración de la Catedral, en el que participa un Comité Técnico que viene funcionando desde hace varios años.

Los encargados de realizar los trabajos fueron elegidos por el Comité Técnico que tiene a su cargo la restauración, a partir de análisis y dictámenes elaborados por reconocidos expertos, debido a su amplia experiencia y capacidad técnica en materia de órganos ibéricos, en el caso de Grenzing, y en restauración de muebles artísticos, en el de Ramírez Vega.

El Comité Técnico está integrado por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, Fomento Social Banamex, la Asociación Amigos de la Catedral de México A.C., el Arzobispado Primado de México y el Instituto Nacional de Antropología e Historia.

La Catedral cuenta con dos órganos singulares e imponentes, construidos en cuatro niveles, cuyas cajas poseen cerca de seis mil flautas o tubos, que son verdaderas joyas de la fabricación ibérica y mexicana de este tipo de instrumentos.

El más antiguo, el Órgano de la Epístola, llegó de España en 1695 enviado por el rey. Fue construido en los talleres de Jorge de Sesma e instalado en la Catedral por el maestro Tiburcio Sanz. Este primer instrumento sirvió como modelo a Joseph Nassarre para fabricar en México el Órgano del Evangelio, cuarenta años después.

En tres siglos de existencia, los órganos monumentales de la Catedral Metropolitana sólo han sido sometidos a reparaciones mayores en dos ocasiones, la primera en 1817 y la segunda entre 1975 y 1978, tras el incendio de 1967, que los dañó de manera muy grave.

Grenzing describe el objetivo de la actual restauración como “una actuación enormemente respetuosa y discreta, que no deje huella ni suponga ninguna pérdida, ni material ni espiritual, y que permita preservar el material y el funcionamiento técnico para los siguientes siglos”.

Gerhard Grenzing estudió organería en Hamburgo y ha trabajado más de 170 instrumentos en Alemania, Bélgica, Corea, España, Francia, Italia, Japón, Portugal y Suiza, entre otros países. Entre sus obras destacan los órganos de la Iglesia de la Merced, en Burgos; San Juan Bautista, en Sevilla; la Catedral del Salvador de la Seo, en Zaragoza; el Palau de la Música Catalana, en Barcelona; y la iglesia de Saint Pierre des Chartreux, en Toulouse. Desde 2006 es presidente de la International Society of Organbuilders.

José Roberto Ramírez Vega fue Coordinador Académico de la licenciatura en Restauración de Bienes Culturales Muebles, en la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía Manuel del Castillo Negrete, del Instituto Nacional de Antropología e Historia. Entre sus trabajos más destacados están la Brigada de Rescate de Bienes Culturales Guatemaltecos, dañados por el terremoto de 1976 en Guatemala, la restauración del retablo de la Capilla de la Santa Cruz, Iztacalco, entre muchos otros.



HISTORIA

El órgano del Evangelio (conocido por los fieles como el "El Mexicano"), uno de los dos que tiene la Catedral Metropolitana junto con el de la Epístola, ha callado su voz; sus cientos de flautas, erguidas como siempre, permanecen ahora en silencio, como en estado de coma, contrariando su propia naturaleza. La razón de su mutismo es que el polvo de las restauraciones del piso y las capillas de Catedral afectó las piezas más delicadas del instrumento, además de que el agua de lluvia logró filtrarse por las ventanas de la nave (un descuido imperdonable), afectando directamente su parte mecánica, lo que representa uno de los peores daños para un instrumento de estas características. Asimismo padece del deterioro natural producto de los años, como el desnivel del teclado o las grietas en la estructura de madera del aparato, que pese a todo no ha dejado de tocar todos los días desde que se construyó hace casi tres siglos. Esa es la "crítica situación" por la que atraviesa el órgano barroco de corte ibérico -que fuera concebido por José Nassarre y construido por manos indígenas en la primera mitad del siglo XVIII- y la razón de su inactividad. Así, más que un chequeo general era necesaria una operación a corazón abierto. En eso coincidieron las autoridades del Conaculta, del Instituto Nacional de Antropología e Historia y las eclesiásticas, quienes unieron esfuerzos para llevar a cabo una de las restauraciones más importantes que se le han hecho al instrumento, desde que fuera rehabilitado tras el incendio de 1967 que dejó carbonizadas algunas partes de su caja y fundidos algunos silbatos.

Por fuera el órgano se ve imponente y vigoroso. Sus flautas, que gozan de una simetría perfecta, apuntan hacía lo alto, tal y como Nassarre lo visualizó en sus planos en la tercera década del siglo XVIII. Imposible hablar de un año en específico, más correcto es mencionar una época que va desde su concepción hasta su apertura. Así lo aclara el padre Felipe Galicia Reyes, con quien hicimos un recorrido por el interior del majestuoso instrumento. Sabemos que el órgano del Evangelio es posterior al de la Epístola, construido por el aragonés Jorge Marco de Sesma a finales del siglo XVII. "Su construcción llevó mucho tiempo desde su concepción hasta que quedó terminado. El primer órgano de la Catedral, el de la Epístola, fue "recibido" oficialmente el 15 de abril de 1695 y apenas cuatro décadas después, en 1734, el cabildo decidió hacerle una ampliación, siendo José Nassarre quien recibió la encomienda para hacer las modificaciones que incluían la adhesión de un cadereta de espaldas. Aprovechando el entusiasmo con que fue recibido su trabajo por el arzobispo Juan Antonio de Vizarrón y Eguiarreta, Nassarre presentó una propuesta para hacer un nuevo instrumento que se colocaría al lado del Evangelio (de ahí su nombre) que fue inmediatamente aprobado. La construcción del nuevo órgano se hizo en 14 meses y fue puesto a funcionar en concierto por primera vez el día de la fiesta oficial de la fundación de la catedral el 15 de agosto de 1735, tal y como apunta el libro Los órganos históricos de la catedral de México, de Gustavo Delgado Parra.

PROYECTO

Se requiere de una nueva restauración debido a que el polvo que se ha levantado con los trabajos que se realizan en algunas capillas de la catedral, entró en diferentes partes del órgano. Además sufrió la filtración del agua de lluvia (lo que más daña a un instrumento) luego de que se quitaran las ventanas de la nave (parte alta) del templo. La restauración consistirá en desmontar cada una de las piezas, previamente numeradas, para que sean revitalizadas. Para tal efecto, la Catedral ya dispuso un cuarto en donde serán colocadas mientras se hacen los trabajos.

En el marco del programa de rescate de la Catedral Metropolitana, cuya primera parte fue entregada recientemente, el segundo paso a dar es la restauración de su Organo Monumental del Evangelio, trabajo que estará a cargo del alemán Gerhard Grenzing y que durará dos años apróximadamente. En el proceso de reparación de ese instrumento, considerado como uno de los más grandes del mundo y que fue construido por José Nazarre y tocado por primera vez el 3 de diciembre de 1736 por el organista Juan Téllez Girón, se destinarán 1.2 millones de dólares (casi 13 y medio millones de pesos). Sobre esos trabajos, el organista mexicano Rafael Cárdenas manifestó en entrevista con Notimex que hace un par de años escribió una carta a petición del Cabildo de la Ciudad de México en la que propuso a tres expertos para la restauración del órgano. "Por la cuestión de que es un órgano de tradición española y debido al acento del instrumento, mi primera opción fue el experto español Federico Acitores, el segundo que propuse fue Eduardo Bribiesca, es decir un mexicano formado en España por Acitores, quien hace algunos años restauró el órgano de Tepotzotlán, Coacalco y Tecamac", recordó. Cárdenas, quien también clavecinista, comentó que "el trabajo de la Catedral es demasiado grande para una sola persona". Añadió que el constructor alemán "era mi tercera opción, el tiene bastante experiencia en hacer órganos nuevos de muy buena calidad, es muy reconocido como constructor de órganos modernos, pero tiene un punto en contra: Los órganos que ha restaurado en España tienen un clásico acento alemán". "Esas eran mis tres opciones -dijo- pero me inclino más hacia Acitores trabajando al alimón con Bribiesca, considero que era una buena mancuerna, pero las autoridades decidieron que fuera Grenzing". Cárdenas, egresado del la Escuela Nacional de Música de la UNAM, puntualizó que el constructor alemán "es un organero de mucho prestigio, es muy buen constructor de órganos nuevos, pero como restaurador sí tiene críticas bastante fuertes en Europa, pero es una persona seria y eso hay que reconocerlo". Explicó que "un constructor de órganos es quien construye, quien no puede demostrar que ha construido un órgano desde cero hasta que esté sonando, no se le puede llamar constructor". "Una persona que da mantenimiento es un trabajo muy respetable porque sabe de órganos, porque no cualquiera lo hace, pero no llega a ser constructor, ni restaurador, porque para eso se necesita una formación especial", explicó. Sigue Tardará dos años la/dos/explicó. . Agregó que en el INAH hubo restauradores trabajando con los órganos, "pero no eran organeros, entonces restauraron muy bien las cajas de los órganos, pero no la maquinaria. Creo que es bastante delicado encontrar la persona idónea para restaurar un órgano histórico". Adujo que la restauración de un órgano depende mucho del estado en que se encuentre el instrumento y del tamaño del mismo. "Si está completo o hay que hacer las flautas, secretos, fuelles teclados y demás, puede ser bastante costoso. Una restauración por muy pequeña, sí rebasa el medio millón de pesos y puede llegar a varios millones", agregó. Consideró que el mantenimiento mínimo para un órgano se debe dar una vez al año "hablando de que sea exageradamente raquítico, pero le permite mantenerse bien". "Creo que el mantenimiento preventivo no pasará de los 20 mil pesos, pero si se deja el órgano diez años, se tendría que invertir una cantidad e 200 mil pesos, por lo menos", comentó. "El órgano histórico de la Catedral Metrpolitana de la Ciudad de México consta de dos teclados, un promedio de 60 registros y es diez veces más grande que el órgano de Santa Prisca, en Taxco, o unas seis veces más grande que el órgano de la Valenciana en Guanajuato", dijo Cárdenas. "La magnitud de los órganos de la catedral es mayor que cualquier otro de los órganos que encontremos en el resto del país", aseveró. Al hablar de las escuelas de organería en el mundo, Cárdenas se refirió en primera instancia a la italiana. "Son órganos en los que no se usa el pedal en el período Renacentista y Barroco, el sonido es muy brillante, el órgano tiene un sonido muy acentuado", puntualiz‡o. "La escuela española de organería también tiene sus variantes en toda la península ibérica, tiene un sonido peculiar que es lo que llamo acento", comentó. Adujo que la clave para lograr un acento en un órgano es la entonación que se realiza antes de la afinación. "Cuando se restaura un órgano o se le da mantenimiento no solamente hay que afinarlo, sino antes hay que entonarlo. "La entonación pudiera ser lo más importante en un trabajo acento, ese timbre si va a ser suave, duro o estridente, eso es el trabajo de la entonación que es difícil y tardado. La afinación no es un trabajo tan delicado, cualquier técnico capacitado lo puede hacer", comentó. Sigue Tardará dos años la/tres/comentó. . Cárdenas dejó en claro que la cuestión del acento en el órgano depende de la entonación que le dé el constructor o el restaurador antes de la afinación. "Si el organero es de origen alemán, lógicamente está acostumbrado a oír órganos alemanes y fue enseñado en la escuela alemana, en realidad no es su culpa que tenga ese acento, pero es un problema de cultura", señaló. "Los sajones es gente que da confianza, pero a veces nada más por ver que se trata de un profesional extranjero, nada más se dejan ir por el nombre y no investigan un poco de qué otros trabajos previos hicieron antes del proyecto", dijo. Agregó que en Alemania, la escuela de organería es muy diferente, "ahí sí se usan los pedales desde el inicio del Brroco, son órganos de un sonido muy brillante, muy potente al haber pedales con muchos graves y tienen otro concepto de lo que es la música para órgano. Lo mismo pasa en Holanda, que es una escuela muy cercana a la alemana". Dijo que de las escuelas en Europa se derivan su similares en América, como la del órgano Novohispano de la cual a su vez se desprendió la escuela organera mexicana. "En México tenemos muchos más órganos históricos que en el resto de América y los Estados Unidos, que inclusive no tienen órganos barrocos. Un órgano histórico en los Esados Unidos, por muy antiguo, será de 1850", rememoró. Es importante comentar que en 1813 se restauraron por primera vez los dos órganos que alberga la Catedral Metropolitana: el de la Epístola, traído de España a México, y el Organo del Evangelio, y después del incendio de 1967, la firma holandesa Flentrop, Zaandam Olgerbown se encargó de su restauración en 1975. En 1977 se armonizaron y entonaron los órganos y se reestructuraron el 15 de agosto de ese mismo año. En los accesos oriente y poniente bajo los órganos y sobre las entradas hay dos pinturas al óleo sobre tabla: San Pedro y San Pablo, anónimos del siglo XVII y XVIII, respectivamente.




INFORMACIÓN ADICIONAL

La restauración de los órganos de la Catedral Metropolitana de la ciudad de México comenzará en los próximos días y en medio de la preocupación de un grupo de especialistas que critican la falta de un "adecuado y minucioso" proyecto de recuperación.
La designación del taller de Gerhard Grenzing como responsable de la obra y la inexistencia de una Comisión que asesore los trabajos y en el que participen organistas, musicólogos e historiadores son los principales puntos de controversia.
Guillermo Tovar de Teresa, José Antonio Guzmán y Gustavo Delgado son algunos de los intelectuales que han alzado la voz para exigir a las autoridades del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) que no inicien los trabajos de recuperación hasta no hacer público el proyecto y consultar la metodología con los especialistas. Temen que los trabajos de restauración no estén encaminados a rescatar la tonalidad original de los instrumentos.
"Un órgano barroco que no puede tocar a Bach ni a los polifonistas no tiene sentido", dice el musicólogo y ejecutante José Antonio Guzmán, para quien no resulta "justo ni deseable" que la restauración no contemple la opinión de expertos. "Sabemos ya que la restauración de las cajas estará en manos del INAH, lo cual nos tranquiliza en tanto que hay curadores expertos; sin embargo, hasta la fecha no se cuenta con una comisión musical que dé seguimiento a los trabajos. Se ha confiado a ciegas en el criterio de Grenzing, que hoy por hoy resulta muy cuestionable y más encaminado a la obtención de jugosos contratos que no impliquen demasiados esfuerzos de investigación. Le han apostado a un equipo que realiza trabajo de fábrica y no de taller artesanal", concluye.
A unos días del inicio de esta restauración, que tomará dos años por cada órgano, Xavier Cortés Rocha aclara que se planea conformar una comisión con especialistas de México y el extranjero. Ya se ha definido que Fomento Social Banamex tome a su cargo la restauración al ser el responsable del financiamiento del rescate del primer órgano, y que trabaje con el apoyo de un Comité integrado por representantes de Conaculta y de la Asociación de Amigos de la Catedral. El promotor cultural Ignacio Toscano es el asesor del proyecto. Para la Catedral Metropolitana, ¿es mejor un barroco o un clásico?
El primer órgano que será restaurado fue modificado en 1817, ahora los especialistas debaten si deben devolverle su originalidad Existe la información suficiente para conseguir que el sonido de los órganos de la Catedral se acerque al que tenían originalmente. Así lo considera el director de la Academia Mexicana de Música Antigua, el musicólogo y compositor Gustavo Delgado, quien –para el caso de la restauración del órgano de Nazarre, el primero a rescatar– comenta que se cuenta con datos históricos, con las actas de cabildo y con los contratos originales. "Información que en su conjunto nos permite hacer una interpretación de lo que pudo ser la estética de la época", dice el musicólogo y compositor.
Tras señalar que también existen los registros del órgano construido por Jose de Nazarre para la catedral de Guadalajara y destruido en el siglo XIX, aclara que lo fundamental es decidir los alcances de la restauración, lo que significa determinar si los trabajos respetarán las modificaciones hechas en 1817 por Pérez de Lara, quien modificó los registros del órgano y transformó el sonido barroco en clásico, o si se intentará recuperar el sonido original. La recuperación hecha en los años 70 por la casa Flentrop, un taller holandés, después del incendio de 1967, optó por respetar tales modificaciones. Hoy, cuando existen datos para acceder al sonido original, los expertos piden ir más allá de una limpieza y una mano de gato que deje al órgano con todos los "achaques" que los siglos le fueron provocando. "Lo que se discute es la metodología del taller de Grenzing, quien es un industrial y no un artesano. Hay otros constructores que enviaron propuestas, como la casa Rainolter, que se caracteriza por su afán de recuperar la tubería original y por realizar a mano, en su taller, las piezas faltantes. Respetando, tras un análisis químico, las proporciones de sus componentes de plomo y estaño y haciendo uso de maquinaria estilo siglo XVIII. Este procedimiento tiene una gran diferencia con el de Grenzing, que acude al reemplazo de flautados chimuelos por hileras de tubos nuevos comprados o realizados en su fábrica", asegura el ejecutante y musicólogo José Antonio Guzmán.
Convencidos de que debió elegirse al reconstructor con "verdadera lupa", algunos especialistas solicitan a las autoridades de Conaculta dar a conocer el proyecto y la metodología que seguirá la restauración del primer órgano, la cual, pretenden las autoridades, concluirá en septiembre de 2007, aproximadamente. Por lo pronto el director general de Sitios y Monumentos del Patrimonio Cultural de Conaculta, Xavier Cortés Rocha, aclara que la recuperación tendrá dos etapas. La primera se realizará dentro de la misma Catedral Metropolitana, donde habrá un espacio que servirá de taller en el que, con la dirección del restaurador Roberto Ramírez, se hará la restauración de la estructura de madera que sostiene los tubos y fuelles del órgano. La segunda fase es la que despierta polémica porque está relacionada con la producción del sonido, con los cuerpos tubulares y con la intervención del taller de Gerhard Grenzing, ubicado en España. Mientras se resuelve la petición de los especialistas de crear una Comisión Musical que se concentre en los aspectos fónicos, mecánicos y artísticos de los trabajos de restauración, los expertos ya están tratando de buscar una explicación a la reducción del volumen en el sonido del órgano. De hecho, han descubierto que la altura de algunos tubos fue recortada y que la boca de otros fue ensanchada, provocando una debilidad en el volumen de este tesoro resguardado en el coro de la Catedral.

FUENTES DE INFORMACIÓN

1. "La Crónica de Hoy", Juan Carlos Aguilar García. Lunes 29 de Mayo de 2006.
2. "Notimex". Jueves 28 de diciembre de 2006.
3. "Excelsior", Miryam Audiffred. Jueves 10 de agosto de 2006.